Me levanto a las 6.30 AM, voy caminando al gimnasio con la mochila porque llevo ropa para bañarme allí. Los lunes hago piernas, sentadillas, gluteos, cuadriceps, porque son lo fundamental de mi entrenamiento hoy en día, por lo que producen en mi mente: cuando me exijo en ese ejercicio en particular, me llega una especie de tranquilidad, estabilidad, tierra, firmeza, concentración, etc. Por lo que es bueno comenzar la semana con lo que ya se sabe que es mi punto débil. Ni hablar si es un lunes con alguna reunión importante. Esto es parte fundamental de mi vida, no es simplemente ir a hacer ejercicio, debido a la concentración que pongo durante el ejercicio, y la consistencia e intensidad con la que lo realizo, produce cambios muy grandes en mí que me permiten vivir mejor. A la salida puedo tomar el 151 que pasa por la del gimnasio y me deja justo en el cowork. Allí tengo que desayunar, puedo pasar por la dietética a comprar frutos secos y yogur. Me suena poco cosa, ideal me imagino eso y además palta y huevo y un pan. Así que se puede resolver tranquilamente. Si traigo la toalla mojada desde el gimnasio, lo mejor es colgarla en el patio y sacar también las ojotas. A partir de allí ya puedo sentarme en la computadora a ponerme al día con las cosas y concentrarme en la reunión de trabajo y en el trabajo en sí. Puede pasar que al mediodía me sienta cansado. En ese caso, no preocuparse, saber que es normal debido al día. Almorzar tranquilo una buena proteína y unos buenos carbohidratos. Ni bien termino de almorzar me preparo el termo con té verde con arroz y lo llevo para mi escritorio. Pero primero me duermo una siesta de 15 o 20 minutos te diría. Entonces cuando me despierto ya tengo el té ahí para ir tomando en el transcurso de media hora o una hora. En el mientras, es un buen momento para cargar la batería del reloj y sincronizarlo con Strava.